Texto publicado en la revista arquitectos (TEXTOS varios)

DE BIEN HACER…

Z Arquitectura me pide un texto con ocasión del número dedicado a un repertorio de diversos trabajos de Arquitectos

He aquí un relato sobre el BIEN HACER, que se argumenta en lo inmediato.

Lo inmediato es una práctica profesional muy solvente de resultados impecables que reflejan, sin ambigüedades, la cultura arquitectónica dominante en nuestro país de estos tiempos. Es evidente la apuesta por la disciplina en todos los condicionantes; aquellas que se refieren a la escena urbana como las que se ocupan del léxico constructivo o de la pulsación del espacio y la forma. En este envite estilístico se alcanza niveles notables aun a costa de la transparencia fenomenológica de los contenidos y de los procesos constructivos, pero se hace con muy comedidos recursos que ya están sancionados por la práctica del purismo contemporáneo.

El espacio es aquí evidente protagonista de las decisiones proyectuales y nos felicitamos por ello. Somos muchos los que afirmamos que es en el espacio donde habita la arquitectura y que, construida espontáneamente lo aloja en forma.

La austeridad cultural de estos ejemplos elude, afortunadamente, las metáforas y los melismas que enturbian la calidad del proyecto y los elementos retóricos del propio lenguaje (que las hay) están comedidamente utilizados.

Pocas disonancias y las pocas están magistralmente medidas.

No cabría entender estos trabajos dentro de una escuela o una estirpe, sino en un implícito y quizás obligado compromiso colectivo interno de no escribir cada uno relatos diferentes sino profundizar todos en el mismo relato desde modos diversos.

No cabe duda de la belleza de esta arquitectura, excelente arquitectura que confirma un lugar cultural armoniosamente apacible y confortable.

Como una escena capturada en su mejor momento para hacerla eternamente perdurable.

Todo esto está ya en los propósitos del proyecto. No hay azar y los imprevistos suceden en el camino estrecho de un itinerario predestinado.

Del bien hacer es producir desde los códigos éticos, desde los que el proyecto deduce su propia practica. Es proyectar moralmente y estéticamente de fuera a dentro según una explicita metodología deductiva.

Prácticamente todo está intuido cuando no previsto. Desde lo especial a lo figurativo y le sigue hábilmente la construcción. En ello un objetivo de perfección que garantice la intemporalidad, la eternidad de la arquitectura, en cierto modo ofertar a nuestros caóticos días, en nuestras caóticas ciudades, objetos que nos rediman.

Sin embargo, mirando mas allá de lo inmediato y evidente, describiremos otros modos de emprender el trabajo arquitectónico, que desborda el propio marco de la disciplina interesándose por la periferia aventurándose en nuevos territorios (los llamados “Esto no es Arquitectura”) en los que la incertidumbre es la ética.

Esos insensatos e inconvenientes exploradores pretenden inducir de la realidad, en sus precisos y cotidianos términos, la información y el material para sus proyectos.

Lo eterno e intemporal como condición no existe, es la fuerza de lo existencial incluso la propia caducidad de la arquitectura, la energía del proyecto. No existe antes el autor que el proyecto, ni nada esta previsto. Solo la acción. Diríamos que es un modo de hacer “de campo”; arquitectos de campo que derivan de un presupuesto a otro, de un roll a otro, derivando asuntos disciplinares y estilísticos.

Destilan un mórbido erotismo y aparente irresponsabilidad, inventándolo todo, incluso el léxico arquitectónico y verbal.

Convocar a la contemporaneidad a un riesgo compartido, a la invención, a lo investigativo, ensanchando el campo perceptivo del ser humano, abriendo nuevos territorios no sólo para el proyecto arquitectónico sino para el modo de responder a lo cotidiano que emerge así prioritario sobre lo intemporal. Es el lenguaje del gesto sobre el símbolo del trabajo compartido y compartible sobre el trabajo de autor.

Y lo que era una fraternidad moral es ahora una cómplice ceremonia mágica que invoca el orden natural para que en la medida de lo posible nos sea propicio.

Quizás sea este el otro relato; aquel que se refiere a…….. HACER BIEN